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martes, 16 de agosto de 2011

Hacer el Camino de Santiago (Parte III)

10/08/11
En alguna parte sobre las vías entre Luxemburgo y Ámsterdam


…La improvisación del primer día pasaría factura. Un gran número de cosas salieron mal, como toda empresa que se inicia sin más que buenas intenciones. En primer lugar, cargar con veinte kilos es físicamente imposible si se piensa caminar 30 kilómetros por día. Llevo la mochila grande sobre la espalda y la pequeña sobre el pecho. Más de un 25% de mi propio peso en carga. Luego me enteraría que se recomienda no excederse en un 10% del propio peso. En segundo lugar, si quiero parar a charlar con los personajes variopintos que me vaya presentando el camino, tengo que comenzar a caminar mucho antes de las 11 de la mañana. Por último, las zapatillas de diez libras tampoco fueron la mejor adquisición. Son un número más grande y dejan un poco libres los pies. Esto último el primer día no fue un gran problema, pero resultaría ser un desastre mayúsculo los días subsiguientes.

Durante ese primer día, no hubo un segundo en el que notara cada uno de esos problemas. Estaba demasiado contento como para detenerme en “pequeños detalles”. Todo vendría a mi cabeza caída la noche. Algunos detalles por mis propios razonamientos, otros gracias a la ayuda del Hospitalero del primer refugio. La secuencia se desarrolló más o menos así…

A media tarde me siento a descansar un poco las piernas en el bar de uno de los pequeños pueblos que en el norte de España aparecen cada alrededor de 10 kilómetros. Saco unas cuentas rápidas de la distancia recorrida en el tiempo que llevo y hago una proyección aproximada. El resultado no es solo “poco alentador” sino que es “alarmante”. Si todo sigue al mismo ritmo (y así sería ya que no podía caminar más rápido) llegaría al refugio de peregrinos a las 10 de la noche. El camino lo hice durante abril, primeros días de la primavera Europea, cuando a las 10 ya estaba bien entrada la noche. Voy hasta la barra del bar y les pido por favor me dejen utilizar el teléfono para una llamada local. Como la gente esta predispuesta a ayudar a los peregrinos, y como yo ya tengo un poco más de pinta de uno, me prestan el teléfono. Aviso al albergue que voy a llegar muy tarde, que voy a pie y que por favor me guarden el lugar. Todo esto tiene una lógica que explicaré más adelante.

Como era de esperarse, caída la noche, se me hace muy difícil seguir el sendero, no veo nadie por ninguna parte y no sé si me faltaban 3, 5 o 10 kilómetros. Encuentro una casa que tiene algunas luces prendidas. Subo la escalinata y golpeo la puerta. Creo que fue en ese momento que me di cuenta lo mal que traía las cosas. Fue la cara de la señora que me abrió la puerta lo que me lo hizo entender. Ahí tenia la pobre señora parado en frente a la puerta de su casa a un peregrino todo sudado, acarreando 20 kilos, y con una barba de 3 meses (me había afeitado por última vez horas antes de ir a Ezieza).

_ Buenas noches. Disculpe la Molestia. ¿Me podría indicar si por acá voy bien hacia el Albergue de peregrinos?. Mientras decía esta frase relojeaba el porche de la señora imaginando como podría acomodarme ahí para pasar la noche.
_ Si joven, no le falta mucho. Un kilometro en esa dirección. Verá las luces cuando llegue.
_ Muchísimas gracias.

Como había calculado, a las 10 de la noche, golpeo las puertas del hostel…

_“¡Hombre has llegado!” Me dice el hospitalero, a lo que le sigue un aplauso de unos 12 peregrinos que se encontraban sentadas terminando de comer. Me pongo rojo de vergüenza, sobre todo porque creo que festejar la estupidez no tiene sentido, y era exactamente lo que estaba sucediendo. Había llegado tardísimo, cargando el triple del peso aconsejado y sin luz, sin mencionar que dar con el Albergue me había resultado casi imposible… Una estupidez…

 Pero estaba feliz. Había finalizado, contra viento y marea, el primer día de la peregrinación. Tras la charla con el hospitalero me daría cuenta que lo más sensato del día había sido darle una llamada a medio camino.

_ Qué suerte que me llamasteis!  Después de tu llamado vinieron unos ciclistas a los que les tuve que decir que no tenía lugar ya que te guardaba una cama.

Resulta que los albergues de peregrinos tienen establecido un orden de prioridades. En primer lugar, solo se puede parar en ellos si estás haciendo el camino, en otras palabras, si eres peregrino. Luego cuenta también de que manera lo estás haciendo. Quienes van a pie tiene prioridad sobre los ciclistas y estos a su vez tienen prioridad por quienes lo transitan a caballo (si, también se puede de a caballo pero no tuve la suerte de ver a ninguno).

Efectivamente me quedaba la última cama del albergue. A esas alturas podría haber dormido en el pórtico y poco me hubiese importado.
_ “Hombre dejame ver esa mochila”, continua el Hospitalero quien tras terminar de pronunciar la frase, toma la mochila por el asa superior y la levanta.
_ Joder!!!! Con esto no vas a terminar el camino. Te va a agarrar una tendinitis en menos de tres días.
No me pareció sensato discutir con una persona que trabaja como voluntaria en un albergue, recibiendo más y más peregrinos cada día. No había dudas de que tenía razón.
_ Mira. Lo que podemos hacer es lo siguiente. Metes todo lo que no necesites en una caja y yo en un par de días te lo envío directo a Santiago, a oficina de correos, y luego tú lo retiras allí.

Debía esperar un tiempo porque en oficina de correos solo mantienen los paquetes durante 10 días y luego los devuelven a domicilio de origen. De otra manera el paquete sería devuelto antes de que yo llegue a retirarlo. Le agradezco enormemente la molestia, me doy una ducha, como algo que había comprado en un supermercado a media tarde, otros peregrinos me regalan unas copas de vino que en el estado en el que me encontraba tenían gusto a gloria, y me voy a dormir. 
 
Creo que no dormí... fue más como morir durante 8 horas….

El tren cruza un canal, reduce la marcha y entra en la estación de Amsterdam….



3 comentarios:

Anónimo dijo...

Bauti como estoy disfrutando tu relato del camino de santiago, me parece unos de los mejores. Me das muchas ganas de hacerlo!!! Mama

Anónimo dijo...

hola superman Ramon! ja
hoy leí todo me puse al dia... yo creo que ubiese sido mejor que te quedes en el porch...(razon por la cual el hospitalario no reservaria mas habitaciones por tel .. jajajajaja
che y vos a 1.83cm no te arrimas ni en pedo jajajaja .. espero que los baños ayan estado limpios por lo menos asi cuando te rozaban las bolas no te contagias ninmguna enfermedad holandesa.... jaja
en el momento que te hacias mierda una viuda blanca me imagino como se moverian las casas.. jajajajaj ahora despues de 4 horas solo te alcanzo con una hamburguessa? jajajaja
amigo veo que la estas pasando bien.... me re alegro un abrazo grande segui disfrutando! abrazo el coya

Gastando alpargatas dijo...

Jajajaja viejo recorda q todo esto le paso a superman ramon no a mi eh!!!! De puta madre como siempree barazo grande