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miércoles, 27 de abril de 2011

España. mordiendo la Banquina.

El lugar más increíble que vi en mi vida… y eso es todo lo que tengo que decir de Venecia.

 Llego a Girona (Cataluña, España) a las 22.45. No tengo nada; hostel, casa de alguien, hotel, banco de plaza; nada. No tengo ni siquiera un plan, no sé a cuanto esta Barcelona exactamente (sé que esta mas o menos cerca). No sé si debo ir para allá o no. No sé ni cómo llegar hasta la terminal desde el Aeropuerto.
23.05. Voy hasta la parada de colectivos:

_ Buenas noches. Un boletos hasta la estación de Autobuses de Girona por favor (Los españoles no saben qué carajo es un “colectivo”).
_ Si, acaba de salir justo, el próximo sale en 45 minutos.
_ La puta madre (lo pensé y lo dije también)

23.30. Sigo sin plan, cansado, con frio y hambre y sin ganas de pasar la noche en el aeropuerto. Estos son todos los factores que se necesitan para tomar una decisión apurada…

_ Ya fue, si voy a caminar 340 kilometros, me puedo permitir alquilar un auto por lo menos por estos días (Esto lo pensé y me lo dije en voz alta. Después de dos meses de viajar sin compañía, hablar solo se hace extrañamente común).

El boleto de la línea aérea con la que volé desde Venecia me da un descuento en una de las agencias de alquiler de autos. Hacia allá camino.

Chica en el mostrador con un name tag que dice “conchi”. Infiero que debe ser una abreviatura del ya diminutivo “Conchita”, nombre habitual en España.

_ Buenas noches
_ Buenas noches quisiera alquilar un auto por dos días. Tengo este descuento (Enseñándole la tarjeta de embarque).
_ Ah si, el descuento de Ryan Air. Solo sirve si deja el auto en un aeropuerto de donde vuele Ryan Air.
Para esto eran ya cerca de las 12.00 y yo estaba un poco podrido, mmmm… del todo podrido.
_ Bueno por favor decime a ver qué aeropuerto queda más cerca de Oviedo. (El camino de Santiago Lo comenzaría desde Oviedo).
_ Hay! justo desde Oviedo no vuela Ryan Air (con cara de circunstancia y yo, con cara de orto)
_ Bueno…  ¿me podes decir uno de donde SI vuele Ryan Air y esté cerca de Oviedo por favor?

Teclea en la computadora.

_ Si, lo podes dejar en el Aeropuerto de Santander.
_ Bueno perfecto. Un auto entonces.
_ ¿Cual le gustaría señor?
_ El más económico me gustaría.
_ Bueno  tiene para elegir entre un Corsa y un Skoda Fabia.
_ Dame el Skoda que no puede ser peor que el Corsa. (no tenía ni puta idea que era un “Skoda”)

Transacción realizada, salgo con la bollita para el estacionamiento donde me encontraría con el Skoda.
Espacio número 37, automáticamente me doy cuenta que debería haberme quedado con el Corsa. El Skoda Fabia es como un Gol rural. Me falta la esposa, la hipoteca y el pendejo de 2 años para este auto. Que va, no queda otra.

Tiro la mochila en el asiento de atrás, arranco la maquina y a la ruta.

Quien lea con cierta asiduidad este humilde blog tendrá una idea aproximada de la filosofía de viaje con la que me identifico, en una palabra… austera (pero sin sufrir eh) por lo que le parecerá extraña mi decisión de alquilar un auto (o rentar un coche para los hispanoparlantes de la península ibérica). Esto tiene algunas explicaciones:
1.       Me da un poco mas de libertad (como si me faltase)
2.       Si duermo en el auto las tres noches que los voy a tener, me puedo ahorrar cerca de 60 euros.
3.       Hice la licencia internacional en el ACA y quiero usarla al menos una vez (es una estupidez, pero que alguien me diga que nunca tomo alguna decisión basada en estupideces).

Volviendo a la ruta. Voy manejando y medito lo siguiente. Hoy me levanté en Bologna, pasé el mediodía y parte de la tarde en Venecia, volé desde Treviso a Girona y ahora estoy en un auto manejando a no sé bien donde pero tirando para Santander… Maratónico.

Cerca de las 2 o 3 de la mañana paro en una estación de servicio al costado de la ruta, compro algunos víveres y cargo el tanque… el mío, el del Skoda no gastó nada. Esto tiene una explicación. Lo que hice del viaje hasta el momento, y lo que haría hasta llegar a Santander, fue siempre a menos de 100 km por hora y a 20 metros de algún camión. Parece ser que por las reglas de la física; aerodinámica, resistencia y demás; ponerse detrás de una camión baja el consumo de combustible del auto. Esto es justo lo que mi bolsillo necesita pero tiene algunas contras. Primero, que arruina un poco la vista general tener por horas enteras un camión adelante; segundo, que estos camiones siempre tienen una publicidad en su parte trasera. Manejar mirándolas continuamente, afecta severamente el libre albedrio. Creo que en lo que me resta de vida no voy a consumir ningún tipo de cerveza que no sea la de esta publicidad que en una ocasión tuve en frente por casi 3 horas.

Volviendo a la estación de servicio. Panza llena, corazón contento. Falta ahora conciliar el sueño. Estaciono en un lugar entre dos camiones y me dispongo a armar una cama precaria en el asiento de acompañantes de mi auto familiar. Aquí el Skoda me dio su segunda grata sorpresa (después del bajo consumo del motor) y es que desmontando sus asientos de una manera particular, se podía conseguir una cama bastante decente. Sepa el lector que los niveles de “decencia” del viajero se relativizan con el tiempo. Pienso que mi humilde cama del Fabia es mucho más decente que el Mcdonalds de la estación de trenes de Roma, y años luz más decente que las oscuras calles de Bologna, en pedo (estas son otras historias que nunca serán narradas en este blog).
Aquí este viajero comete el primer error en tierra Iberica… subestimar el clima las noches Españolas. Habiendo mencionado que el día había comenzado muy temprano en Bologna; con Venecia y vuelo a Girona de por medio;  no fue difícil dormirse. El problema comenzó a los 45 minutos cuando me desperté recontra cagado de frio. Agarro la campera y me la pongo, pero de una manera particular. Paso una pierna por cada manga, llegándome la parte de abajo hasta un poco más arriba de la cintura y me pongo un par de buzos también (de la manera tradicional en la que uno se pone un buzo).  No fue suficiente… las tres noches que “dormí” en el auto serían una seguidilla de dormir por 45 minutos, despertarse helado, arrancar el auto para poner la calefacción, apagar el auto, volver a dormir por otros 45 minutos y repetir el proceso hasta el amanecer.

Aunque parezca mentira, esta no fue la primera vez que me aventuré a pasar la noche en un auto, quizás algún amigo que lea este blog recuerde una noche similar en alguna estación de servicio similar en alguna otra parte del mundo muy distinta.

Pese a todos los inconvenientes, tener mi propio “motor home” me divierte un poco. Cuando me despierto y acomodo los huesos, me tomo un café en la estación de servicio de turno, arranco y voy a la siguiente ciudad. Conocí Zaragoza y Pamplona, me reencontré con Bilbao, caminé descalzo  por la playa de un pueblito en la costa del cantábrico del cual no recuerdo el nombre y al final, llegué al aeropuerto de Santander a dejar el Skoda.

A Oviedo llegué por la noche, con un hotel reservado. Nada de rusticidades para la noche anterior a comenzar la peregrinacion. Lleno la bañera, me enciendo un cigarro, pongo algo de música y redacto este Post…

Y como dicen los catalanes “SALUT I FORZA AL CANUT!!!!!!!!!” (1) y para quien no sepa catalán que lo googlee.

(1): La fase completa es “salut i força al canut i que l'any que ve sigui més gros i més pelut!”

P.S.: “Canut” SI tiene un significado fálico en esta expresión pese a las explicaciones que se encuentren por ahí.

P.S. 2.: Hey!! que alguien me compre una cerveza!!! Me la re merezco!!! (cervecita en el sobre)



 Algunas fotos ilustrativas:
Un cafe en una plaza de Toledo

Mi pseudocama en el Skoda

En viaje

Mas viaje!

Despedida en Santander



sábado, 16 de abril de 2011

Oviedo... Bordón y Vieira



Oviedo... Bordón y Vieira. Los veos en 12 dias.
Y como dice un amigo.... Saludos a su Madres.

domingo, 10 de abril de 2011

Aproximación a Erasmus.

Quizás alguno haya oído hablar del programa Erasmus. Para los que no, acá va una primera aproximación. "…Plan de Acción de la Comunidad Europea para la Movilidad de Estudiantes Universitarios. Es un plan de gestión de diversas administraciones públicas por el que se apoya y facilita la movilidad académica de los estudiantes y profesores universitarios dentro de los Estados miembros de la Unión Europea…" ,"…tiene como objetivo «mejorar la calidad y fortalecer la dimensión europea de la enseñanza superior fomentando la cooperación transnacional entre universidades, estimulando la movilidad en Europa y mejorando la transparencia y el pleno reconocimiento académico de los estudios y cualificaciones en toda la Unión…" (Tomado de Wikipedia). En líneas generales lo que hace este programa es facilitarle a los estudiantes de la Unión Europea cursar desde cuatro meses a un año parte de su carrera en alguna universidad fuera de su país con la que la suya tenga convenio. Se le convalidan las materias hechas afuera e incluso se les da una ayuda económica (la cual depende de la parte de Europa de donde venga).

Supongo que por ahí resulta interesante para quien lea esto saber mi experiencia con Erasmus. Valga la aclaración, mi participación es netamente desde espectador casual pero no por eso menos involucrada.


Acá vamos… ¿Donde me quede? Ah si:


Tren a Nápoles, el día ya había sido completamente mmmm poco ortodoxo… aun así estábamos sobre las vías y después de 18 horas, rumbo a Nápoles. No había viajes directos desde Bari, teníamos que cambiar de tren a las 4 de la mañana en algún pueblo que no recuerdo el nombre. Terminé de escribir el Post anterior a las 3.30 de la mañana en el camarote y pensé que no sería buena idea dormirme solo por 25 minutos, era más razonable esperar a cambiar de tren y luego si descansar un poco… lo próximo que recuerdo es esto: Me despierto porque no siento el movimiento del tren, miro por la ventana y veo que estamos en una estación, miro el reloj que marcaba las 4.05 am... Mierda!. Agarro la bollita, la otra mochila y la netbook y salgo corriendo a la puerta del vagón. Llego con las mochilas al hombro y la compu en la mano. El tren se empieza a mover lentamente… Dos veces mierda!... Abro la puerta del vagón ya cuando el tren llevaba una velocidad considerable y pienso "Salto… me tiro", se me acababa el andén de la estación y no quería caer sobre las piedras…. Al final recapacité. Esto de recapacitar fue solo porque no había tenido tiempo de meter la netbook en la mochila y pensé que si caia y rodaba con ella en la mano se iba a hacer pedazos… solo por eso.


Chau Nápoles. Te veré en otra aventura….


Paréntesis: Quien me conozca al menos un poco sabrá que ante una situación así (cuando se frustra un plan) puedo reaccionar de muy mala manera. Bueno, no es el caso… dos meses de viaje me hicieron dar cuenta que el mundo es demasiado grande para verlo todo de una sola vez, y que el hecho de no ir a Nápoles significa buscarme un nuevo destino para los días que se acaban de liberar. Desde mi filosofía, son todos igualmente buenos.


Miro la próxima Estación… Roma. Que alguien me diga que llegar a Roma sin planearlo no tiene algo de lírico… en fin, faltan dos horas, mejor dormir un poco.

6.05 am Roma. Hostel, Fontana, Coliseo, Vaticano, San Pietro, etc, etc, etc… El plan original era este: Nápoles, Roma, Florencia, Venecia. Ahora que me había salteado la primera ciudad, todavía no se me ocurría a donde ir con esos días libres. Parto de Roma a Florencia y mientras viajo miro un mapa. Bolonga esta exactamente entre Florencia y Venecia… ¿por qué no?


Couch surfing: Desde Florencia, mando mil solicitudes, incluso a una persona que no tiene nada en su perfil, solo su nombre y su ciudad de residencia. De todas las respuestas negativas justamente este perfil vacio me acepta en su casa para cuando llegue a Bologna. Generalmente cuando voy a algún sofá, se al menos un poco de mi anfitrión; edad, algunos gustos, trabajo, donde ha viajado, condiciones en las que voy a dormir y demás. En este caso solo tenía un nombre y una dirección de alguien en Bologna que estaba dispuesto a recibirme.


Redondeando… Perder un tren a las 4 de la mañana una semana antes me trajo a Bologna, El couch me trajo a la casa de Lluis y Lluis me introduciría a la Vida Erasmus.


Llego a Bologna a las 8 de la noche, me subo a un bondi y doy con la casa de mi anfitrión. Toco el "Campanello". 


_Lluis?


_ No, No… io sono Luca. Lluis è andato a vedere il calcio.


_ Posso chiamare a Lluis?


Dejo la mochila y vuelvo a salir de la casa en busca de Lluis que segun me dice su compañero de piso Italiano, fue a ver al Barcelona a lo de unos amigos.

Al rato estaba este Argento entre 7 catalanes mirando al Bar(z)a, sangria y pizza de por medio. Finalizado partido volvemos a la casa y Luis me cuenta un poco de su vida y del piso compartido. Viven de manera estable, un aleman (estudia Geografia), Lluis el catalan (estudia educacion fisica) y tres italianos (dos estudian bellas artes y el otro cine). A esto, luego me daria cuenta, hay que sumarle un número significativo de personajes que entran y salen a toda hora.

Si estos son los personajes de la obra de teatro en la que me encuentro, el escenario es igualmente particular... la ciudad de Bologna, mamá de la primera Universidad Occidental (fundada en 1088). La ciudad esta constantemente patrullada por ordas de Estudiantes que vagan de un lado a otro... desde las plazas a los parques, desde los conciertos al aire libre a las distintas facultades. A toda hora, todos los dias. La ciudad ES de los estudiantes a un nivel que me cuesta explicar. Es la antitesis de Roma y Florencia, colmadas al artazgo de turistas; gritando, gatillando camaras, haciendo colas y demás.

Así que aquí me encuentro ya en mi 5to día en Bolgna. Los días transcurren entre recitales, una fiesta en alguna casa o plaza, patear una pelota en el Parque, sangrías, pizzas, divertidos, botellones en la calle, conversaciones en todos los idiomas… muy tranquilo y justo a tiempo… los próximos 20 dias prometen ser físicamente agotadores.


Adjunto algunas fotos:

En una plaza escuchando una banda el primer dia

El cartel atras anunciaba la fiesta de ciencias politicas a la cual fuimos

En una plaza otra noche

Guitarra, sangria y fobal en el parque. De pie a la izquierda mi anfitrion


Gente reunida en la plaza de una de las iglesias de Bologna

El cuarto de Lluis donde duermo.

Para quien quiera tener una idea aproximada de lo que en este post relato, le recomiendo ver la siguiente película, http://www.cuevana.tv/peliculas/2411/lauberge-espagnole/. El mismo link es la película, si no viste nunca una en cuevana, te va a pedir que bajes un pequeño archivo de compatibilidad.

viernes, 1 de abril de 2011

Italia. Autostop

 Un amigo dice que le resulta incomodo leer el blog. Que no le parece que este escribiendo yo. Supongo que le parecerá medio forzada la manera en que escribo. Creo que es de los amigos que mas me conocen, le tengo gran estima y lo quiero mucho; por lo que este post va dedicado para él, y hecho a medida.
Hace unos días me sugirió que escriba algo como si se lo estuviese contando cerveza de por medio en una mesa a la calle de Buenos Aires (hemos tenido innumerables encuentros de este tipo, extendiéndose por varias horas).
Como este es un blog ATP (apto para todo público, no de la asociación de tenis profesional; no confundir), acá va una suerte de ejemplo de estos encuentros que se extrañan:
Alguna pizzería barata del Barrio de Palermo, mesa a la calle (indispensable para poder pitar), una Brahma, grande mitad de anchoas, mitad de muzza con panceta:

_ Boludo no sabes el día loco que tuve en Italia……..
     ….Nos levantamos a la mañana con Jonathan. Yo ya había decidido irme del campo y avisado a la dueña. El, en cambio, no dijo nada. Se suponía que estaría dos semanas y acababa de cumplir una. Yo solo estaba de paso por unos días. Armo la mochila y me despido de todos, vuelvo a buscarla y salimos al camino. Es un campo a unos 10 kilómetros de la ciudad de Fasano. Mochila al hombro empezamos a caminar. Yo contento de estar de nuevo en movimiento, y el contento de haberse ido. La verdad es que no se compraba con mi primera experiencia en el wwoofering. No podría decir cual es mejor, dos cosas totalmente distintas. Supongo que el segundo destino se aproximaba mas al concepto de wwoofering pero la realidad es que era trabajo duro en una granja… cargando piedras y podando arbustos espinosos por un plato de pasta a la noche y un colchón en el piso. De todas maneras valoré la experiencia… Un paisaje increíble y la gente salvo algún caso particular, muy buena onda.
Volviendo al camino, a habíamos hablado de hacer dedo hasta Nápoles… más que larga jornada si se considera que todavía ni siquiera habíamos llegado al pueblo. Nos esperaba por lo menos 45 minutos de caminata con las mochilas al hombro para poder llegar hasta la parada de autobús que nos dejaría sobre la autopista. Unos 20 minutos de caminata y siento atas mio el ruido de un auto, sin mirar me muevo un poco para la derecha y sin parar de caminar saco el pulgar de la mano izquierda al aire. Mágico, el auto se detuvo. Dos viejitos simpaticones que se toman todo lo que dura el camino para contarme su increíble viaje en argentina. Me alegró mucho.

 Caminando por las calles entre los campos
12 del medio día, bela giornata, los dos parados sobre la autopista con un cartel en una de las hojas de mi diario que decía “BARI” en letras bien grandes. Ninguno de los dos imaginaba que hacer dedo en Italia era tan difícil. La distancia que teníamos que recorrer hasta la ciudad era de 60 kilómetros, suponíamos que en poco tiempo estaríamos sobre un camión bien rumbeados.
Para las dos de la tarde aun seguíamos en el mismo lugar. Nada de nada. Las caras más variadas desde los volantes de los autos, algunas señas, algún bocinazo mala onda y también más que una puteada. No desistimos. Yo incluso lo disfruto un poco.
Primer acierto; pasado un rato, para un auto. Corremos hasta la puerta y hablo con el conductor. Mi italiano mejora cada día y Jon decide dejarme las charlas siempre a mí. El conductor no va hasta Bari pero nos puede acercar 15 kilómetros. Nos subimos y a los 20 minutos estamos 15 kilómetros mas cerca, con el ánimo renovado y dispuestos a seguir con la idea hasta el final. Nuevamente la misma situación… tomando turnos para sostener el cartel que después de un rato acalambra el brazo. Nos reímos de las reacciones de la gente, suplicamos con las dos manos juntas, saltamos en una pata, nos agachamos y señalamos el cartel con una gran sonrisa. Probamos todo.


Aburrido de estar sentado en el mismo lugar, sin batería en el ipod, camino un poco sobre el costado de la autopista pateando piedras y me encuentro un Iphone en el piso. La pantalla está destruida pero tiene aspecto de haberse caído hace poco.  “Si no lo arreglo, lo vendo” pienso y lo meto en la mochila.
Segundo acierto, un pequeño camión, que según creo me dijo el chofer, era de reparto de periódicos y revistas. Este segundo viaje si nos llevaría hasta Bari, pero previamente el chofer nos invita un café en una estación de servicio, nos convida unos cigarrillos en la ruta y nos dice que va a hacer un pequeño desvió de la ruta para mostrarnos algo. Yo entiendo bien de que se trata pero Jon no llega a captar pese a hablar un poco de italiano. A los 5 minutos yo estaba con la cabeza fuera del camión en movimiento gritando bien fuerte “BELAAAAAA RAGATZAAAAAA” y Jon miraba al conductor y le preguntaba en ingles “are those prostitutes?”. El chofer y yo nos reímos bien desde adentro. Seguimos viaje.
A la media hora estamos en las afueras de Bari, sobre la autopista que va a Napoli. Son las 5 de la tarde. Yo creía que ya era un poco tarde para seguir con la aventura pero Jon dice que sigamos, que es posible llegar a Nápoles en un día. Nos faltan 260 kilometro, pienso que si hacer 60 nos llevo unas 5 horas, es imposible llegar, pero estoy de buen un humor y creo que llegar a Nápoles sin gastar un centavo seria todo un logro. A darle entonces.
Caminamos sobre el costado de la autopista 800 metros. El espacio entre la ruta y el “guardaray” es ínfimo así que vamos con el cuerpo pegado a la chapa. Llegamos a una estación de servicio previo esquivar un peaje. Pichina y un nutritivo almuerzo de papas fritas de paquete y agua.
Salimos por la pequeña calle que conecta a la estación de servicio con la autopista, caminamos unos 300 metros, bajamos las mochilas y nuevamente la técnica del cartelito, pero este no dice “BARI” sino “NAPOLI”. Menos autos en esta, y yo me siento ya un poco cansado de tener una decepción con cada auto vacio que pasa. Gente con los autos completamente vacios que nos mira como desde otra galaxia. Le prometo a Jon que voy a recoger a cada viajero que vea sobre la ruta en argentina y nos reímos un rato.
6 de la tarde, un tiempo relativamente corto comparado con las otras esperas del día, nuevamente lograrnos parar  un auto más. Esta vez no fue una pareja de viejitos, conductor o camionero, sino la bien afamada policía italiana. O polizia como se escribe acá.
El patrullero se detuvo a unos 50 metros, bajaron 3 policías, y empezaron a hacer señas con sus manos.  “Ohhh Fuck! Do the talking man!” dijo Jon mientras yo me colgaba la mochila al hombro y pensaba que divertido seria poner esto en el blog, siempre y cuando no lo tuviese que escribir desde una celda llena de inmigrantes ilegales de África. Nos aproximamos con nuestra mejor cara de boludos.
Resulta que está prohibido hacer dedo en las autopistas italianas. Aparentemente genera accidentes según nos dicen. Nos quieren cobrar una multa de 38 euros a cada uno. Les digo que somos estudiantes extranjeros cursando en Nápoles y que no sabíamos que no se podía hace “autostop” en la autopista. Que estamos por unos días en Bari y que dejamos nuestros pasaportes en casa. Advertencia de por medio, apretón de manos, y nos dicen que preguntemos por lo bajo en la estación de servicio sin molestar a la gente.
De vuelta en la estación me doy cuenta de que estamos atrapados. Si no conseguimos viaje para Nápoles, es imposible cruzar al otro lado para volver a Bari, la autopista está dividida al medio por una pared y toda cercada a sus costados. No queremos aventurarnos a caminar nuevamente por la banquina  ser atrapados otra vez por la policía. No sentamos un rato en una escalera y evaluamos opciones. Saco de la mochila la lonely planet y buscamos el número de la estación de tren. Lo encontramos pero ninguno de los dos tiene crédito. El iphone me viene a la cabeza en el mismo segundo. El teléfono es imposible que prenda, está destrozado, pero por ahí el chip tiene crédito. Lo metemos en el cel de Jon y por fortuna anda. Llamamos a la estación de tren. Hay uno que sale para Nápoles a las 12 de la noche. Ahora solo queda resolver como salir de la puta estación de servicio. Tenemos solo 2 horas para llegar hasta el centro y tomar el tren y no tenemos ni idea a qué distancia estamos. Ya de noche no queda otra cosa más que desandar los pasos; no solo los nuestros, sino también parte de lo que nos había acercado el camionero. Suponemos que él nos dejó en alguna parte de las afueras de Bari porque lo que se puede ver desde donde estamos son algunos edificios que parecen fábricas o bodegas. Empezamos a caminar por fuera de la autopista pero paralelo a ella, tierra hasta los tobillos y olor a podrido. No sé cuanto tardamos porque para esa hora había decidido dejar de mirar el reloj, pero supongo que habremos caminado unos 5 kilómetros con las mochilas. La mía unos 16 kilos, la de Jon unos 35 (porque trae adentro su paracaídas pero esa es otra historia).
10 de la noche y todavía ni señal del centro de la ciudad. Caminamos un poco más y damos con uno de esos hoteles que hay en las afueras de las grandes ciudades al costado de las rutas, de esos que nunca se sabe quien se hospeda ahí. Le digo a Jon que voy a entrar a pedir indicaciones.
Puerta automática, segunda puerta automática, Lobby, Mostrador, Señorita detrás del mostrador:
Yo _ Do you speak english? (No podía mas con el italiano, el día me había caído encima)
Señorita _ Yes (el resto de la conversación continuó en inglés)
_ Necesitamos llegar a Bari Centrale (la estación de tren), Me podría indicar como llegar?
_ Si claro, vuelva a salir continúe 10 kilómetros y doble a la izquierda en la salida que dice “Centro”
_ No disculpe no me expliqué bien, estamos a pie.
_ A pie??!!!
_ Si, larga historia (ni ganas de contarla en ese momento) hay algún colectivo?.
_No acá no llega ningún colectivo, la única manera es en taxi…
Mierda (eso no lo dije, lo pensé)
_ Si podría llamarnos un taxi por favor. No había manera de que pasase la noche en Bari, ya era personal la cosa.
5 minutos de espera, taxi en puerta, mochilas a bordo y moviendo para la estación. 10 minutos y ahí estábamos. El tren sale a las 12,15, nos queda una hora para comer algo… Sanguche en la calle con algo del agua comprada en la estación de servicio de la autopista.
Entramos en la estación directo a chequear la máquina expendedora de boletos. 30E a Napoli. Jon esta sin un euro, se vuelve a casa después de 3 meses de viajar, literalmente le quedan 30 para vivir 4 días mas hasta que salga su vuelo desde Roma. No hay manera de que lo pague, y aunque parezca mentira, a mi me quedaban ganas de seguir haciendo lo incorrecto. 
Así que chiflando bajito, 12.10 de la noche nos paramos en el andén ensayando nuevamente nuestra cara de boludos. Estoy más cagado que nunca, ya la idea de estar haciendo algo incorrecto me resulta un poco incomoda, pero a esto hay que sumarle que la estación está plagada de policías, y no cualquier policía sino los de migración. Bari tiene un puerto por el cual llegan al país muchos inmigrantes ilegales, sobre todo desde África, así que el control es alto. Nuestro anden es el cuarto, no sé como logramos llegar sin que nos pidan el boleto porque ni bien nos paramos ahí vimos durante 10 minutos como se le exigía el pasaje a cada persona de tez morena que osase pararse sobre ese anden.
Llega el tren, y entramos. Pero nosotros no solo nos colamos, sino que nos colamos con estilo. Vamos directo a la primera clase sin pasar por los vagones regulares. Suponemos que serán los menos chequeados. Encontramos un camarote que solo tiene una persona dentro así que nos sentamos. Yo para calmar un poco los nervios empiezo a escribir esta crónica, y el desgraciado de Jon se duerme en el acto. No habían pasado 2 minutos que ya éramos 5 en el camarote, el cual tenía capacidad máxima para 6. Me pongo a pensar que no solo es un problema que nos vengan a marcar el boleto sino también que los verdaderos dueños de los asientos suban, en esa estación o cualquier otra en el camino a Napoli, dejándonos a nosotros parados en el pasillo del vagón con las mochilas al hombro y sin saber qué hacer.
Primera estación, Nada. Pienso que nos están a punto de agarrar y bajar del tren en el medio de la nada. Y ya estoy un poco cansado de estar en el medio de la nada.
Segunda estación, nada. Un poco más confiado.
Tercera estación, nada. Vamos Verón!!!!
Camino a la cuarta sucede lo que suponíamos podía suceder, un guarda entra a marcar boletos. Las otras tres personas del camarote lo sacan al instante y nosotros empezamos con nuestra pequeña obra de teatro previamente ensayada. Jon se hace el que esta medio dormido y me mira, y yo me empiezo a tocar todos los bolsillos y buscar el pasaje desesperado (el episodio de la billetera me entrenó para esto), salgo al pasillo, busco un poco mas, Jon me mira y le dice al guarda siempre en ingles “el tiene los dos”, yo le digo que no los tengo, nos puteamos un poco y decoramos la escena. Miro al guarda y siempre en ingles le digo que perdimos los pasajes en algún lado. Por suerte no entendía mucho. Me dice que tenemos que volver a pagar. Le decimos que no tenemos más plata que gastamos lo último en el pasaje. Le muestro la billetera (previamente vaciada de plata y tarjetas de crédito), solo hay un billete de diez adentro. Nos dice que tenemos que volver a pagar todo el billete. Le decimos que por favor haga una excepción por dos pobres estudiantes. Al final el guarda decide cobrarnos los dos tickets 30 euros (2x1). El dinero cambia de manos y volvemos al camarote. Acá no se acaban todos los problemas porque el guarda cree que los boletos supuestamente perdidos son los de los asientos donde estamos, así que en cualquier estación nuestra historia se podía desmoronar con la entrada de uno de los verdaderos dueños. Dicho y hecho, en la próxima estación una pareja entra en el camarote, codeo a Jon, agarramos las mochilas y al pasillo.
En este momento estoy a mitad de camino en otro camarote en el cual no debo estar, terminando esta crónica, de acá en adelante no se qué puede pasar, de lo que si me voy dando cuenta es que a este paso puede ser absolutamente cualquier cosa………..

Nota del Autor: Para quienes necesiten la aclaración, acá va: No se trata de ahorrarse unos euros haciendo dedo o colándose en un tren y no pagar, se trata de ponerle un poco de Sal y pimienta a la cuestión. Que alguien me diga que este no fue un día de antología.